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martes, 17 de abril de 2018

Abril2018/Miscelánea. EL TURISMO EN LA COMARCA DEL CAMPO DE CARIÑENA

OFICINA DE TURISMO EN CARIÑENA
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EL TURISMO EN LA COMARCA DE CARIÑENA
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No acaba de despegar, ni en Cariñena ni en toda la Comarca, este sector importante de nuestra economía. El turismo es, también, un “CULTIVO” al que es necesario prestarle la debida atención. Si una parte del turismo te la da el clima, el patrimonio natural, el artístico y el legado cultural, no es menos cierto que la actividad productiva del hombre colabora a orientar este sector tan pujante en España.
La Comarca de Cariñena es tierra de vinos, tenemos referencia de ello desde los tiempos de Carinius, por ello, la vitivinicultura debería formar parte sustancial a la hora de mostrar, la Comarca, al mundo. En el Museo del Vino, pieza fundamental de la cultura comarcal del vino, se da buena cuenta de lo que ha significado el vino a través de la historia de esta tierra y de estas gentes.
Pero vayamos a lo práctico, démonos una vuelta por Cariñena y por los pueblos de su Comarca. Seguramente en algunas tertulias de los “Casinos Agrícolas” encontremos más información que en Internet. Todo ello porque, con un par de vasos de vino, la lengua se suelta y habla, curiosamente con más claridad. La frase definitoria es la que manifestó un contertulio: “HAY GENTE EN CARIÑENA QUE COGE CADA AÑO DOS COSECHAS Y MEDIA DE UVAS”. Qué quiso decir el “alticamado” compañero de barra. Sencillamente, que los dueños de grandes propiedades han establecido regadíos y hacen producir a cada cepa entre 10 y 12 kilos de uva al año, eso sí, de bajo grado alcohólico. Si lo normal sería, y es en tierra de secano, coger entre 4 y 5 kilos de uva, no hace falta ser muy agudo para entender lo que se quiso decir.
Mucho vino y de bajo grado se vende a precio barato, pero se compensa por la superproducción. De esta manera, el pequeño viticultor vive siempre en la cuerda floja, con un vino que además sirve para mejorar el del gran productor que, paradójicamente, es el que gana dinero.
Así, atosigado el viticultor de esta zona por la superproducción,  ha abandonado las otras facetas que históricamente le pertenecía: LA BODEGA Y LA VENTA del vino. De esta manera, las cooperativas, al vender el vino al por mayor a los grandes intermediarios han dejado de trabajar en el sector del menudeo como bares, restaurantes y mercados. Si uno se da una vuelta por los bares de Teruel difícilmente encontrará vinos de Cariñena, excepcionalmente encontrará CARE pero está es una bodega particular, al igual que Ignacio Marín.
El turista que llega a Cariñena no encontrará una tienda especializada en vinos ni tampoco el detalle (en casi ningún bar, excepto la Mazuela) de un vino bien servido acompañado de una buena tapa.
Es delicado entrar en el tema de las casas de Turismo Rural pues, hay de todo, desde el fragante incumplimiento de las normas, hasta los comentarios de los visitantes dejándolas, muchas veces en mal lugar.
En resumen, al considerar a este sector MARGINAL  en la economía de la Comarca tampoco se hace la debida promoción. Si a esto añadimos, el penoso estado de las carreteras autonómicas, provinciales y locales, amén de una deficiente señalización, los frutos recogidos son los propios de un barbecho.
Lambán y Soro, Soro y Lambán además de Gregorio Briz, Patricia Luquin, Sergio Ortiz, Óscar Lorente y alguno más que se me queda en el tintero, cobran buenos sueldos  para preocuparse del buen gobierno de esta tierra y, para promocionar su economía y dotar de mayor bienestar a sus gentes (a la Ciudadanía que dicen los pedantes).
Nada esperamos de todos los aquí citados que ya andan en precampaña para seguir, cuatro años más, sin resolver los problemas de las gentes de aquí (de la Ciudadanía de aquí).
HOTEL DEL VINO EN CARIÑENA
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MODERNAS BODEGAS EN PANIZA
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CARIÑENA
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