Miguel de Cervantes
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Los Amantes de Teruel que cuentan al
menos en el imaginario colectivo, con más de ochocientos años de existencia, han tenido
innumerables referencias literarias. “Secuelas” de su andar y de su peregrinar
por el mundo de las letras es este soneto de Miguel de Cervantes en el que no
deja muy bien parado a Yagüe de Salas. Justo Zapater aprecia en los versos del “Manco
de Lepanto” y fustigador de Jerónimo de Pasamonte, un descarado tono burlesco y
zumbón. Si Cervantes no se consideraba a sí mismo, buen poeta ("la gracia que
no quiso darme el Cielo"), tampoco debió sentir, gran aprecio por la poesía de
Juan Yagüe. Obligado por las circunstancias escribió este poema que abajo reproducimos y del que Justo Zapater dice en su manuscrito inédito: “No pueden darse, para aquel tiempo,
sátiras más delicadas. Decir Cervantes al escribano Yagüe que su pluma era
conocida por más que valiente, por heroica y que Apolo reconoce
como suya la doctrina, la voz y el estilo del curial sin ejemplo…
nos ha hecho felices!”
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DE MIGUEL DE CERVANTES A YAGÜE DE
SALAS
SONETO
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De Turia el cisne más famoso hoy
canta,
y no para acabar la dulce vida,
que en sus divinas obras escondida
a los tiempos y edades se adelanta:
queda por él canonizada y santa
Teruel, vivos Marcilla y su homicida;
su pluma, por heroica conocida,
en quien se admira el cielo, el suelo
espanta.
Su doctrina, su voz, su estilo raro,
que por tuyos, ¡oh Apolo!, reconoces,
según el vuelo de sus bellas alas,
grabadas por la Fama en mármol paro
y en láminas de bronce, harán que
goces
siglo de eternidad, Yagüe de Salas.
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Juan Yagüe de Salas
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