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martes, 17 de octubre de 2017

Octubre2017/Miscelánea. SENTIMIENTO ESPAÑOL. LA BANDERA ROJA Y AMARILLA YA ES LA BANDERA DE TODOS LOS ESPAÑOLES

YA NO ES LA BANDERA DE LOS FACHAS
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Todo el mundo, todos los estudiosos del tema y todos los datos históricos señalan la invasión napoleónica como el despertar del sentimiento nacional español al grito de: “La patria está en peligro.” Y es, efectivamente, cuando la patria está amenazada cuando surge esa emoción nacionalista. Lo vimos con España, en los Sitios de Zaragoza y en innumerables actos de heroísmo durante el siglo XIX. Pero, también, vimos la patria despedazada por guerras civiles, cuatro en dos siglos (XIX y XX).
Con todo, el sentimiento nacionalista español es débil y solamente aparece tibiamente en determinadas circunstancias. La mayor parte de la población no sabe nada o casi nada del símbolo nacional español, es decir, de la bandera.  
La actual bandera es copia de la aragonesa y la utiliza por primera vez el rey español Carlos III, que ya lo había sido de Nápoles y Sicilia. En el Mediterráneo es proverbial durante toda la Edad Media la presencia en los barcos con el pabellón real de Aragón. Es banderín de enganche y estandarte de muchos batallones en la Guerra de la Independencia y, no será, hasta el reinado de Isabel II cuando forme parte del nuevo ejército ya nacional.
El franquismo, al utilizar de forma sobreactuada esta bandera le ha dado un gran descrédito. De tal forma que si se pregunta a la gente mucha dirá que la bandera española es una “bandera facha”.
Sin embargo y paradójicamente, la extrema derecha que suele abrazarse a los símbolos nacionales ha tenido escasa presencia parlamentaria (véase por contra a la dulce Francia). En España, ni un solo diputado hay en el parlamento perteneciente la extrema derecha. Sin embargo, la extrema izquierda, ha estado sobrerepresentada. Así lo ha decidido el pueblo y punto. Pero duele ver a personas con las manos manchadas de sangre en cualquiera de los parlamentos españoles (Otegui y compañía).
En las circunstancias actuales, Cataluña, ha despertado el sentimiento español como pocas veces se había visto antes. No solamente las grandes ciudades sino que, en pueblos pequeñitos, aparecen las banderas españolas y toman posesión de las plazas públicas con total tranquilidad. Esto sucede en un Estado (el español) más dado a la taifa, al cantón, o a la región que al sentimiento global.
Como siempre suele suceder, el sentimiento nacional, el sentimiento patriótico, surge cuando la “Patria está en peligro”. Así lo han sentido la inmensa mayoría de los españoles (incluida Cataluña) y así se ha manifestado. La bandera roja y amarilla (roja y gualda) ya no es la bandera de los fachas: ya es la bandera nacional.
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