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EL GAY DESNUDO
( V I )
La heterosexualidad y la monogamia han
sido en la historia de la civilización humana las dos “claves” para el éxito
reproductivo del Mono Desnudo. En la situación actual en la que el futuro de la
especie humana parece asegurado y que no
ser por alguna circunstancia externa ofrece un futuro de éxito, se plantea la
segunda revolución sexual que ya entró en marcha y en cuya tercera fase nos
encontramos.
Primera fase: en los años 60, se dio cumplimiento a
la demanda: ¡Amor sí, hijos no!
Segunda fase: “disociación entre afectividad y
sexualidad, por qué ligar la sexualidad a una persona a la que quiero, si lo
decisivo es el placer, un placer sin rostro, que puedo encontrar en cualquier
parte”.
Tercera fase: "impulsada desde el poder y no por la
sociedad, encubierta bajo el velo de lo confuso y del engaño, caracterizándose
por la fractura entre el sexo (biológico) y el género (lo que quiero ser)".
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En esencia, en estos tres pasos que
comprenden la segunda revolución sexual, se caracterizan por la ausencia de
reglas, de normas y de compromiso personal o social. Nada debe el hombre a la
segunda revolución sexual pues tiene como objetivo el puro placer.
De la primera revolución sexual queda
una sola forma: la heterosexualidad. El resto de conductas son: homosexual
(hombre con hombre), lesbianismo (mujer con mujer) y bisexualidad (cualquiera de
las combinaciones posibles). Se ha planteado un tercer sexo, el del transexual.
Se trata de un hombre o mujer al que mediante una operación quirúrgica se le
extirpan o se le añaden determinados órganos sexuales, que pueden atrofiarle el
aparato reproductor pero no cambiarlo en esencia. Un transexual nunca podrá
tener un hijo. No existe un tercer sexo biológico.
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