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sábado, 29 de abril de 2017

Abril2017/Miscelánea. LA SEMANA SANTA DE CASTIELFABIB (EJEMPLO DE SINCRETISMO EN EL MUNDO CRISTIANO)

EL SINCRETISMO EN CASTIELFABIB
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Tenemos delante este folleto sobre la “Semana Santa en Castielfabib” y que, por su interés, publicamos en Miscelánea Turolense. Se trata del programa de actos religiosos, culturales y tradicionales, que se realizan desde el Domingo de Ramos hasta el lunes de San Vicente.
De la lectura del folleto se puede deducir un claro sincretismo (tendencia a conjuntar y armonizar corrientes de pensamiento o ideas opuestas), pero no entre religiones (sincretismo religioso) por el contrario, se realiza entre la cultura pagana (precristiana) y la cristiana.
Tampoco esta tendencia “armonizadora” nos puede parecer extraña en estas tierras que han sido durante muchos siglos cruce de caminos y espacio singular entre varios reinos. Que ha compartido diversas culturas y que a su vez ha sufrido fuertemente el aislamiento como consecuencia de ser un espacio equidistante de los demás. Resume esta peculiar forma de conformar una manera de ser la canta que dice:
No somos aragoneses, ni tampoco
castellanos, estamos entre mojones,
pero somos valencianos.
Valencianita del alma, dame de tu
pecho un ramo que aunque no soy de
  Valencia, soy del Reino Valenciano.
Tan singular configuración cultural ha hecho que pervivan "tradiciones" ancestrales mezcladas con las nuevas “modas” religiosas.
Así, de una forma muy natural, la muerte y resurrección de Jesús corre paralela a la corta y decoración del Mayo, símbolo fálico por excelencia y acto poco apropiado para incluirlo en la Semana Santa. Pero, cuando se quiere, se pueden conjugar las cosas. Y así, el Sábado Santo, se termina de colocar y clavar los dos chopos en la plaza del pueblo. A renglón seguido y con el toque de las doce campanadas que anuncian la resurrección de Jesús, comienza la música y el baile. He aquí pues un alentador ejemplo de convivencia y de conjunción de ideas e intereses.
Pero, si acaso tiene usted suerte y, ese año que visitan el lugar, se produce el volteo de la Guillermina con un mozo abrazado a ella, sentirá como la sangre se congela en sus venas.  Conserva también, Castielfabib, un nutrido conjunto de cantos, danzas y productos artesanales de repostería con el que se agasaja al visitante.
Por todo ello, por el pintoresquismo de su arquitectura, por la belleza de su paisaje y, sobre todo, por la afectuosa acogida que recibirá el visitante, no dude en acercarse a CASTIELFABIB.
Siempre tengo presente la vehemencia con la que el antiguo párroco mosén Urbano me empondera, todavía, esta población rinconera.
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