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viernes, 13 de mayo de 2016

Mayo2016/Miscelánea. LAS GLOSAS EMILIANENSES, UN TEXTO ESCRITO EN ARAGONÉS

LAS GLOSAS EMILIANENSES
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Las Glosas Emilianenses son pequeñas anotaciones manuscritas a un códice en latín, realizadas en varias lenguas. Menéndez Pidal  las dató, como escritas, en el año 977. Para el año próximo (2017) se cumplirán 1.040 años justos del nacimiento, como lengua escrita, de una lengua romance hispana.
Las Glosas Emilianenses, encontradas en el monasterio de San Millán (del latín Aemillianus) de la Cogolla, ahora tierra riojana y en el momento de su escritura, tierra navarra, han sido prolijamente estudiadas y objeto de no pocas discusiones y polémicas. Se trata  de determinar definitivamente,  a qué lengua concede, tan temprano documento, PATERNIDAD y primacía sobre el resto de las lenguas romances de la península. Particularmente en lo que a los aragoneses nos afecta, si es al castellano o, por el contrario, al aragonés.
En la portada de este librico, comprado en el propio monasterio de San Millán de la Cogolla, lo dice claramente: “GLOSAS EMILIANENSES, CUNA DE LA LENGUA CASTELLANA”.
Por el contrario, en el número 93 de Fuellas (revista del Consello d´a Fabla Aragonesa), Franco Nagore dice textualmente en un artículo muy aclaratorio y significativo los siguiente: “Agora bien, ixa fabla romanica que se reflexa en es Glosas Emilianenses no ye o castellano (mudernamente clamato tamién español), sino que ye l´aragonés (representán muderno de o que en a Edá Meya gosa conocerse con o nombre de nabarro-aragonés.” Afirmación que traducida al castellano o español dice: “AHORA BIEN, ESA LENGUA ROMÁNICA QUE SE REFLEJA EN LAS GLOSAS EMILIANENSES NO ES EL CASTELLANO (MODERNAMENTE LLAMADO TAMBIÉN ESPAÑOL), SINO QUE ES EL ARAGONÉS (REPRESENTANTE MODERNO DE  LO QUE EN LA EDAD MEDIA SE CONOCÍA CON EL NOMBRE DE NAVARRO-ARAGONÉS.)
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LA SORDERA ESPAÑOLA
Este asunto de las Glosas no es baladí por ser un tema, si se quiere, filológico que sólo debería importar en principio a los profesionales de la materia. Decimos que no es de menor importancia porque, finalmente, se traslada a la política. Se empieza por no reconocer la lengua aragonesa y sobre todo, se parte y se continúa,  desde una posición de encastillamiento (del castellano o español) de no entrar en polémica, en discusión razonada con los que defienden la línea aragonesista del documento (desprecio). Esta forma constante y tozuda que practica el centralismo, de vivir de espaldas al territorio ha originado y origina frentes y tensiones segregacionistas.
Este asunto que en Aragón ha pasado desapercibido para la mayor parte de la población  y también debido a la debilidad (económica e intelectual) de nuestra burguesía, no hubiera sido tratado de igual manera en caso de plantearse el debate con Cataluña que sí goza, de una burguesía culta y potente.
Tal es así, que si en Aragón afirmas que las Glosas Emilianenses están escritas en aragonés, sufres el riesgo de  ser pitorreado o de sufrir el comentario jocoso… ¿qué va a decir este?
Nos va mal, porque no defendemos lo nuestro con tesón cuando sabemos que estamos en el camino cierto. No lo defendemos en el plano dialéctico y, por ende, lo tenemos perdido a la hora de la ejecución práctica de cualquier demanda justa.
Los aragoneses aman mucho a España, siguen diciendo en Madrid…
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