LA IMPORTANCIA DE LA MINERÍA EN TERUEL
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Si
queremos comprender el significado histórico de la minería en Teruel, deberemos
remontarnos a los Celtíberos. Este pueblo Celta instalado con sus tribus en la
Cordillera Ibérica llegó a manejar con tal habilidad la fundición del hierro y
el forjado de espadas y otros materiales que rápidamente llamaron la atención
de los romanos. Redón, que ha hecho las excavaciones arqueológicas de la Caridad
en Caminreal, ha puesto esto en evidencia. Se dice que las espadas Celtíberas
eran capaces de partir por la mitad un escudo o un casco romano y por ello la
conquista por parte de los romanos de este territorio fue épica, Numancia o
Segeda, así lo atestiguan.
Pero,
si a lo largo de la historia se han explotado muchas minas en lo que ahora es
nuestra provincia hay dos momentos cruciales que plantean un nuevo rumbo. Uno
es la creación del llamado Instituto Geológico y Minero de España de cuya
trayectoria ya hemos hablado aquí. El otro momento corresponde con la Crisis del
98 y la figura de Domingo Gascón y Gimbao (Natural de Albarracín) y en cuya
Miscelánea Turolense explicita el número de minas de la provincia y abre en
Madrid una oficina para tramitar la concesión y explotación de los Cotos
Mineros. De ahí, que el siglo XX sea el siglo de las grandes explotaciones
mineras en la provincia de Teruel.
Tres
explotaciones destacan por el número de trabajadores:
Las minas de hierro de Ojos Negros.
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Las minas de azufre de Libros.
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Las minas de carbón de Utrillas.
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Hay
otras minas de menor tamaño, más tardías, que están hoy en funcionamiento precario.
Se trata del Caolín de Riodeva y de las Arcillas de Galve.
Para
mitad del siglo XX se inicia la explotación a gran escala de la minería del
carbón (lignito) y se construyen tres grandes centrales térmicas.
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Aliaga, comienza a construirse en el año 1949 y se
termina en el año 1952, con tecnología suiza y una de las más modernas de
Europa. Se cierra a finales de los años 70.
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La térmica de Escucha, con la técnica de
condensación por aire se inicia a finales de los años 70 y actualmente, también está
cerrada.
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Por último, la de mayor potencia, La central Teruel
de Andorra. También se inicia a finales de los años 70 y ahora con serios problemas se
continuidad.
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A
principios del siglo XXI podemos afirmas con rotundidad que la época de las
grandes explotaciones mineras se ha terminado en la provincia de Teruel. Queda
ahora restaurar un paisaje seriamente dañado o intentar rentabilizar los
despojos de aquella época: museos mineros o parque naturales. Sólo el caolín y
la arcilla (se estudia el azufre de Libros) tiene alguna viabilidad.
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La dura vida de los mineros.
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Ferrocarril minero, Ojos Negros-Sagunto (Albentosa)
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Aliaga
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Escucha
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Andorra
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