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miércoles, 26 de noviembre de 2014

Noviembre2014/Miscelánea. LOS GACHEROS SON ATACADOS POR EL MERETÉRICO CUERPO SUFRIENDO, UNO DE SUS MIEMBROS, PRISIÓN PANTOJIL EN ANENTO.

"YO, SOY ESE"
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"Como a ti te quiero, no quise a ninguna;
te ofrezco la rosa de mi corazón".
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Quedó tras las rejas con esta sentida estrofa entre sus labios. La Benemérita, ese glorioso cuerpo tan español, le pidió soplar. ¡Sople usted / y vuelva usted a soplar! El Gachero, que es todo corazón, quedó herido en lo más profundo de su ser, pues no había tomado ni una gota de alcohol en toda la comida. Sí señor guardia, dijo humildemente, yo soplaré pero mire a estas “probes creaturas” quién las cuidará si me detiene. ¡Sople!, insistió el del tricornio cada vez más malhumorado. Corazón Gachero sopó  y el aparato dio negativo. Suspiró tranquilo. Pero, la presa no podía irse viva y, Benemérito Glorioso, empezó a engallarse y a pedir papeles. ¡A ver, documentación! Salieron de la guantera papeles y más papeles…. permisos de circulación, seguros, carnets. Pronto vio Benemérito Glorioso la forma de hincarle la uña: La ITV, señaló con rotundidad. La tiene usted caducada por 9 (nueve) días.  Ufano, pues por fin había logrado su objetivo, señaló a continuación: “Le voy a extender un boletín de denuncia.”  Corazón Gachero vio en aquella actitud llena de prepotencia y soberbia una profunda injusticia y dijo mirando, primero a Benemérito  Glorioso y luego el retrato de su amada:
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"Como a ti te quiero, no quise a ninguna;"
que me lleven preso, no me importa na.
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Desde entonces permanece penando, como la Pantoja, tras las rejas del atrio gótico de Anento.
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Antes del penosos suceso, los gacheros realizaron la tradicional comida de hermandad en un afamado restaurante calamochino. Localidad a la que no piensan volver mientras esté cercada/tomada por la Guardia Civil. 
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Gachero Domingo hizo esta vez la tradicional Ganchada y dio comienzo el ágape.
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Todo muy bueno y muy abundante.
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A los cafés se quedó en que la próxima gachada sería en el Alto Turia (es majismo dijo Guillermo).
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Antes del desagradable suceso, habíamos bromeado en la casa de los marqueses de Montemuzo en Burbáguena.
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