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EL DIARIO: UNA COSA QUE INVENTÓ UN TAL NIPHO
Primero fue el verbo, la palabra
de Dios. Y fue dueña y señora de esa verdad la Santa Iglesia Católica. El púlpito
o predicadera era el lugar desde el que se difundía y se comentaba todo lo
divino y lo humano. Vino luego la imprenta a Híjar y la palabra se difundió a
una mayor velocidad. Francisco Sebastián Manuel Mariano Niplo y Cagigal, un
turolense natural de Alcañiz, tuvo que poner en marcha el periodismo en España.
Será, sin embargo, con el Liberalismo del siglo XIX cuando los periódicos
surjan con denodado vigor por todos los rincones de nuestra Patria. Periódicos,
boletines, hojas voladeras…, sirven para informar, para formar y para
ideologizar. Podríamos poner ejemplo de cada una de las funciones del papel
impreso y veríamos que esto se hacía, siempre, de forma global, que no había
especialización. Todos los periódicos y boletines eran, pues, una especie de
MISCELÁNEA al alcance del interés del
lector y, por supuesto, del editor. Los títulos son significativos: EL IMPARCIAL,
LA VERDAD, EL AVISADOR, EL CORREO, EL DIARIO, EL CENTINELA, LA VOZ, EL ECO, LA
GACETA, EL NOTICIERO, RENACIMIENTO, LA SEMILLA EVANGÉLICA, NUEVA VIDA,
ADELANTE, LA VANGUARDIA, LA RAZÓN, LUCHA, LA TRINCHERA, EL ADELANTADO, LA UNIÓN, LA RAZA, EL DÍA, AMANECER, EL HERALDO, NUEVA ESPAÑA, PATRIA, EL COMBATIENTE DEL ESTE,¡ADELANTE!, EL PUEBLO, EL RADICAL, EL IDEAL, REPÚBLICA, TIERRA ARAGONESA, LA CRÓNICA, EL EBRO, CULTURA Y ACCIÓN, MISCELÁNEA TUROLENSE, LA DEMOCRACIA, EL REPUBLICANO, EL PUEBLO, LA DERECHA, LA VOZ DE LA PROVINCIA, EL NORTE DE ARAGÓN, LA ALIANZA ARAGONESA, EL PILAR, EL TUROLENSE, EL PEDAL, EL ECO DE LA PROVINCIA, LA TRIBUNA, DIARIO DE AVISOS, EL TURIA, LA CONCORDIA, LA NUBE, EL SALDUBENSE, LA LIBERTAD, EL ZARAGOZANO, GACETA DE ZARAGOZA,… y así un largo etcétera.
Pero, la prensa impresa en papel,
que ha tenido un papel fundamental en la difusión de los sucesos, de los
adelantos técnicos, de las ideologías e incluso del progreso de nuestra sociedad
occidental, tiene los días contados. Los grandes diarios nacionales (El País, el
Mundo,) vista la crisis y la tendencia a la desaparición a la que les somete los
medios audiovisuales, se resisten a una muerte dulce. Para sobrevivir, a duras
penas, compran “dossier” con grandes escándalos de corrupción política y con
ellos chantajean al poder de turno para recibir ayudas mediante subvenciones o
publicidad institucional. Todos estos Diarios tienen, también, su réplica en
Internet.
Caso aparte merece nuestro Diario
de Teruel que es (presumo), el único que pertenece a una institución oficial.
Se trata de la Diputación Provincial de Teruel. El DDT es un caso de descarada
tendenciosidad política (PAR) a la vez que quintacolumnista del socio de Gobierno (PP).
Hay una denostada práctica que ha
nacido de nuestro precario sistema
educativo, se trata del COPIAR Y PEGAR, que inunda con extrema facilidad páginas y páginas de nuestros diarios sin necesidad (mejor el original que la copia). Olvídese usted de las viejas y
entrañables crónicas de los corresponsales en las comarcas de nuestra provincia:
Mora, Castellote, Alcañiz, Híjar, Calamocha, Montalbán…otro sueño roto.
Para finalizar, señalar que Teruel
es y ha sido tierra de grandes periódicos y periodistas, no en vano la prensa
española la inventó un alcañizano. Y no en vano los dos grandes diarios
progresistas que en esta tierra ha habido, nacieron en Teruel. En el siglo XIX
EL CENTINELA DE ARAGÓN de Víctor Santos Pruneda Soriano y en el siglo XX el más
cercano y mitificado ANDALÁN de Eloy Fernández Clemente, aunque todos sepamos
quien estaba “detrás” con el dinero.
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JUAN MARTÍNEZ DE
SALAFRANCA
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Nació “en Teruel en 1697. Este
ilustrado presbítero, racionero que fue de la iglesia de san Pedro, y después
capellán de una pingüe prebenda en la Real Colegiata de San Isidro de Madrid,
es uno de los hombres más representativos de su siglo.
Fue miembro de la famosísima
tertulia literaria que en su casa de Madrid tenía el clasicista Julián de
Hermosilla; de esa tertulia nació la Real Academia de la Historia, de la que
Salafranca fue cofundador y en cierto modo su primer presidente.
Fundó y redactó el famoso Diario de los Literatos de España
que juntamente con la Poética de
Luzán y con el Teatro crítico de
Feijoo, puede ser señalado como “el mayor esfuerzo de erudición y de crítica”
de aquella interesantísima época en que se discutían apasionadamente un nuevo
criterio de las valoraciones estéticas. La obra Memorias eruditas, cuya paternidad ha sido tan discutida, demuestra
en Salafranca, su verdadero autor, una erudición pasmosa, un estilo brioso y
muy firme, una gran solidez de doctrina, y ante todo, unos criterios sumamente
acertados. Casi me atrevería a afirmar que la figura de nuestro paisano es
paralela a la del sabio Mayans, ala del bibliófilo Manuel de Roda, a la del
insigne Montiano; superior desde luego a la del gran latinista Juan de Iriarte,
a la de Hervás “el Satírico” y, en algunos aspectos, un tanto aproximada a la
del mismo Feijoo.
En resumen, Salafranca es figura señera de la cultura española del setecientos.”
Mariano Burriel Rodrigo.
Escritores y libros turolenses. Teruel, nº 2. PP 158-159
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Si hay dinero por ganar, los grandes rotativos, no publican la corrupción.
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Felipe Gonzalez: "No he recibido ni un duro, ni una peseta, ni de
Flick ni de Flock"
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En aquella época (año 1984) se hablaba insistentemente de "maletines" con dinero provenientes de Alemania para financiar al PSOE, un partido, que permaneció "desaparecido" durante el franquismo. Pero, el zorro guardaba el gallinero. Ahora se comprende por qué Felipe González defiende a Jordi Pujol en el caso de la corrupción destapada en lo súltimos días.
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Aragón ocupa un lugar importante en la historia del periodismo español.
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Fotocopiado del original depositado en la Biblioteca Pública de Teruel.
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El original es propiedad de Miscelánea Turolense. El 15 de septiembre, la publicación cumplirá 42 años. En el año 1972 estabamos en el "tardofranquismo" y el regimen franquista se estaba decomponiendo. La Ciudad Escolar de Teruel ha sido un ejemplo de ello.
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Prensa republicana, año 1873. El original es propiedad de Miscelánea Turolense.
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