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lunes, 2 de septiembre de 2013

Septiembre2013/Miscelánea. SEPTIEMBRE... LA VUELTA AL COLE Y A LO COTIDIANO.

EL CHIRRIAR DE LA CANCELA
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Lunes, 2 de septiembre del 2012. Al abrir la cancela de la puerta del patio de recreo, el maestro, se ha dado cuenta que chirriaba. De nuevo los recortes -ha pensado- mientras sus  pasos se han encaminado hasta el aulario. Al verlo vacío ha sentido una sensación de ahogo. Tampoco este año nos han traído niños… y, de nuevo, ha pensado que esto también sería cosa de los famosos “recortes”. Sorpresa tras sorpresa ha decidido hacer una manifestación para que le lleven niños, lápices, cuadernos, ordenadores… en fin, todo lo necesario para desarrollar esa noble tarea de la enseñanza. La manifestación ha sido un fracaso pues se necesitan dos personas para sujetar una pancarta, así que ha decidido hacer una “marcha comarcal” reivindicativa. La marcha la hizo, pero el seguimiento ha sido nulo. En el pueblo no hay niños y los jubilados no están por la labor. Con el tiempo muchas personas se han dado cuenta que mantener una escuela con tres o cuatro alumnos es un contrasentido. La información y la instrucción están ya al alcance de cualquiera por muchos y poderosos medios. La educación requiere del otro. Se educa en sociedad lo mismo que se juega en grupo. Estos niños solitarios nunca han jugado un partido de fútbol porque no existe el mínimo de masa crítica para el juego. Sin embargo, la educación es hoy un pim, pam, pum, contra el Gobierno. Se exige mucho a los demás y poco a nosotros mismos. Cuando se ve la cantidad de cosas que se piden para la educación al Gobierno y el enorme fracaso escolar, además del alto grado de absentismo que se produce, no encuentras correlativo que pueda justificarlo. La educación es un compromiso contigo mismo y con la sociedad. El bien de la educación tiene que servir, en última instancia, para el progreso y bienestar general de la sociedad. Los Gobiernos deben proporcionar los medios pero, el individuo, tiene que “hincar los codos” para hacerse merecedor del premio: el conocimiento de las cosas. El resultado final del proceso no es un título, todo lo contrario, la formación integral de la persona es el premio, y eso no lo puede reflejar ningún título inventado hasta la fecha.
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