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lunes, 10 de junio de 2013

Junio2013/Miscelánea. LOS ADOLESCENTES ESPAÑOLES, BIEN SITUADOS EN EL CONSUMO DE CANNABIS

Se puede hace un cálculo aproximado del consumo de drogas de una población analizando sus aguas fecales.
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LOS ADOLESCENTES ESPAÑOLES OCUPAN EL TERCER PUESTO MUNDIAL EN EL CONSUMO DE CANNABIS
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El problema de los adolescentes españoles no está en las cifras que Unicef ha dado sobre el consumo de Cannabis, tampoco en el grado de consumo de tabaco, alcohol, pastillas u otras sustancias. El problema radica en el uso y abuso de forma combinada de varias sustancias y  en la distinción entre drogas duras y drogas blandas, una distinción interesada. Por último, el problema radica en gran medida en la forma que tienen los padres de educar a sus hijos y como proyectan esas conductas en la escuela y en el ocio. Padres muy permisivos o que, acomplejados ante los hijos, pierden pronto su autoridad  y su respeto: se ha ejemplificado mucho sobre el peligro que tiene el ser “padre-colega”. El amor con lo hijos se va forjando con los años y estos, al final, agradecen el que los padres hayan ejercido su papel de padre con responsabilidad.
Somos un país con muchos años de historia a nuestras espaldas y que ha pasado por guerras, hambrunas, pestes, epidemias y demás males. Estamos ahora en el club de los países ricos del mundo, sin duda alguna, por el esfuerzo de las generaciones pasadas. No queremos y a veces tenemos pudor porque los hijos tomen consciencia del esfuerzo que ha costado llegar hasta aquí (sobreprotección). España carece de recursos naturales y posee una tasa muy elevada de impuestos que, a pesar de ello, ha hecho entrar en crisis el sistema socialdemócrata. Nuestros hijos no tienen garantizada una plaza en la administración pública, ni están garantizadas las pensiones ni la sanidad va a ser gratis total.
La anécdota es cierta, una madre alertada por la maestra sobre el retraso educativo de su hijo la inquiría: ¿Y no valdrá el zagal para hacer, aunque sólo sea, de un “mal maestro”? Colocarlo en la administración en un puesto fijo ¡para toda la vida, vamos! era la solución ideal. Era el sueño dorado de llegar a ser funcionario. Todo eso se ha destrozado desde que casi todos los políticos y sindicalistas han acabado siendo “funcionarios”, es decir, viviendo de la teta del Estado. Y la teta no da para más.
Si educamos a los hijos pensando que todo es una milonga. No controlamos lo que hacen, ni lo que fuman, ni lo que beben, ni cómo practican el sexo, finalmente los problemas se nos acumularan y no seremos capaces de resolverlos. En unos años veremos aparecer una gran cantidad de casos de cánceres de cuello de útero en las mujeres fruto de las prácticas sexuales actuales. Somos pioneros en el uso de la píldora del día después (en realidad un abortivo barato) sin haber analizado el problema de nuestras jóvenes que hacen el amor sin que el chico se ponga el  preservativo. ¡No importa!, dicen, luego decimos que se nos ha roto el preservativo y problema resuelto pues nos dan la píldora  El problema no está resuelto porque quince años después aparece el cáncer.
Las drogas también pasan factura a su debido tiempo pues, ser hoy un Padre “guay” y no asumir las responsabilidades que tal título conlleva, puede acarrear en el futuro graves consecuencias.  Aquí hay una responsabilidad personal y no acabe achacar la culpa ni a la “sociedad”, ni a las “malas compañías”. El Estado tiene que actuar con total contundencia contra el tráfico de drogas.