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domingo, 29 de julio de 2012

Julio2012/Miscelánea. TERUEL ( I I I )

TERUEL III
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Pedro Pruneda
Más allá de donde estaba la puerta de Zaragoza, subsiste aún la que la tradición ha llamado de la traición. Por ella penetraron, llevándolo todo a sangre y fuego, las tropas de Pedro I de Castilla, durante la guerra de los nueve años. No faltó denuedo a los de Teruel para defender sus hogares. Nueve días sostuvieron las embestidas de los ballesteros castellanos, y la ruina y mortandad que producían las enormes piedras que lanzaban desde fuera las bombardas. Rindiose Teruel “el día negro de Santa Cruz (1365), a mediodía, miércoles, por pacto malo et falso”. Junto a la puerta de la Traición se levantan los esbeltos arcos del famoso acueducto que construyó Bedel para surtirle de agua a la población, y al otro lado del barranco se ve el extenso llano de San Cristóbal, donde ahora está la plaza de toros, y donde antes estuvo el fosal o cementerio de los judíos.
Hay entre la puerta de Zaragoza y de la traición, entre el arrabal y los muros, una pequeña planicie, en la cual tuvo lugar un auto de fe en año 1486. Allí fueron quemados, por heréticos o judaizados, nueve vecinos de Teruel, siete hombres y dos mujeres. Desplegose fúnebre e inusitada pompa para el cruento espectáculo. Escoltados por mucha gente armada de a pie y de a caballo, llevaron a los presos por la Carrera de la Cárcel, desde las casas llamadas del Arzobispo, hasta la plaza del Mercado, en la cual se habían erigido dos cadalsos. Subieron al uno el inquisidor y sus ministros con sus trajes negros; en el otro subieron las desgraciadas víctimas de la intolerancia y el fanatismo religiosos, con sambenitos amarillos y mitras negras. Después de una arenga  u homilía que les dirigió el inquisidor, leyose a cada uno de los presos su proceso  y deposición de testimonios. Clamando ¡misericordia! Que no debían hallar sino ante el Dios en cuyo nombre los condenaban, fueron llevados a las hogueras que se habían encendido fuera de la puerta de Zaragoza, “en do era de Pero Pancha”. Era piedad ver una cosa tan nueva, dice con ingenua conmiseración el cronista, testigo presencial del suceso.
No por olvido, sino por considerarla de importancia secundaria, hemos dejado para lo último la Casas Consistoriales, la Sala Capitular y la Casa de la Comunidad. Las primeras, cuya fachada da a la plaza de la catedral, se encuentran en un estado ruinoso. Pronto tal vez la piqueta del albañil convertirá en escombros este antiquísimo edificio que fue casa solariega del ilustre D. Francés de Aranda, cuya imperecedera memoria vive en los anales de Aragón y vivirá eternamente bendecida por los pobres de Teruel. En la Sala Capitular, llamada así por ser el local destinado para celebrar sus reuniones el Capítulo General, se conserva así por ser el local destinado para celebrar sus reuniones el Capítulo General Eclesiástico, se conserva, colocada en una urna, la cabeza auténtica y embalsamada de D. Gil Sánchez Muñoz, electo Papa el 10 de junio de 1423 por los cardenales de la obediencia de Benedicto XIII. Renunció tan alta dignidad por la paz de la Iglesia, cuya determinación participó al ayuntamiento y capitulares en 26 de julio de 1429. En ambos costados de la sala se ven los retratos de Pedro IV, de Alfonso II, y del citado Sánchez Muñoz. La Casa de la Comunidad, construida en el siglo XVI, es de una solidez poco común. Su fachada que da a la plaza de la Marquesa, es toda de piedra labrada; su pórtico se compone de un intercolumnio corintio, y termina el frontispicio con una galería de arcos semicirculares apoyados sobre columnas dóricas.
Los únicos establecimientos literarios son el Instituto de segunda enseñanza, la Escuela Normal, y el Seminario Conciliar. Tiene teatro, plaza de Toros y dos casinos. Fáltanle paseos, porque no merece el nombre de tal el llamado Óvalo, falto de flores y arbolado, y con mezquinos apoyos o bancos de ladrillo. Actualmente no se publica otro periódico que La Concordia; pero desde el año 1840 se han publicado los siguientes: El Centinela de Aragón, El Constitucional, El Avisador, El Teruelano, El Turia, La Voluntad, y El órgano de Móstoles.
 Teruel ha sido patria de D. Gil y D. Antonio Sánchez Muñoz citados anteriormente; D. Francés de Aranda; de fray Jerónimo de Ripalda; de Juan Yagüe, autor del poema sobre Los Amantes; de D. Juan Martínez Salafranca, fundador del Diario de los Literatos, que fue el primer periódico que se publicó en España; de D. Domingo Bengoechea; de D. Joaquín Arascot, barón de Valdeciervos que escribió la Vida y hechos de D. Francés de Aranda y de D. Miguel Jerónimo de Castellot, Justicia Mayor de Aragón en 1655.  (Crónica de la Provincia de Teruel, Madrid 1866)
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El texto de la foto superior es de Jerónimo Lafuente.