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lunes, 25 de junio de 2012

Junio2012/Miscelánea. ERMITA DE SANTA ISABEL EN SOLLAVIENTOS

ERMITA DE SANTA ISABEL
(Sollavientos)
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La palabra Sollavientos es de gran sonoridad expresiva, esto, unido a encontrarse el valle en lo más inhóspito de la provincia hace que sea tomado, el topónimo, como referente para determinados colectivos sociales. “Desollavientos” o que desolla (la piel) el viento, se refiere a un paisaje y una naturaleza hostil y extrema. La lucha por una sociedad socialistas (comunista) se hace en las condiciones más penosas para que luego, logrado el éxito, sea éste más gratificante. Aquí tuvo sede y un puntal de resistencia en sus masadas, el Maquis, organizado por el PCE tras la Guerra Civil 36-39. Tras el fracaso de la invasión peninsular por el valle de Arán, la guerrilla, tuvo su vigencia. El valle es duro en el invierno, las primaveras son tardías y el verano y el otoño apacibles. Volvían los ganados trashumantes del reino de Valencia bien entrada la primavera. Lo primero era el esquileo de las ovejas y los bureos por las noches. Eran días de mucha actividad y las romerías hasta Santa Isabel se hacía por pueblos. Todavía se hacen y aquí acuden los de Allepuz, pues es su término municipal, los de Villarroya de los Pinares y otros lugares.
La ermita es una joya arquitectónica del siglo XVI pues, aunque no la hemos visto por dentro, por fuera su estampa enamora. La torre, construida en piedra seca, tiene planta cuadrangular es de tres tramos y remata en tambor cubierto por un cono. Tiene dos ventanas en el campanario, sólo a las dos vertientes que dan al valle. La ermita, sufrió añadidos a la obra original además de un cobertizo que la afea. Se accede a su interior por una puerta con arco medieval de medio punto y tiene abierta al exterior una ventana delimitada por cuatro grandes piedras sillares. La piedra superior tiene tallado un crismón, que por su representación, es posterior al siglo X y en una piedra lateral hay una cruz incisa en la piedra que podría ser, también, señal de cantero.
La ermita se asienta en la cabecera de un valle singular por su altitud, rodeado de prados de alta montaña y sabinas rastreras. También se alternan cultivos de cereal y forrajes para el ganado. Hasta allí a donde alcanza la vista se divisa ganado lanar y el vacuno con sus “mecos”, casi siempre tumbados en la hierba. El valle es rico en variedades micológicas que explotan los nativos. Llegan a decir: “saco más de esto (hongos) que de los mecos”.
La ermita se mimetiza dentro de un espacio salpicado por masías/masadas y muy próximo al pino negro de Gúdar. Muy cerca de aquí nace también el río Guadalope cuyo manantial y primeros pasos visitaremos pronto, río que dibuja, en estos parajes, espacios de singular belleza.
Algunas de las masías de este valle se están dedicando al turismo, un caso singular es el de la conocida como: “Masquemao”. Llama la atención la transformación tan gigantesca que sufren algunas de estas masías debido al empuje del turismo, pues pasan a tener: teléfono, calefacción, Internet, equitación… tras surgir de la más oscura Edad Media.

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